En un movimiento que prioriza la libertad individual sobre las imposiciones gubernamentales en materia de salud, el cirujano general de Florida –el principal funcionario de salud pública del estado, ubicado en el sureste de Estados Unidos–, Joseph Ladapo, anunció que se pondrá fin a todos los mandatos de vacunas bajo la legislación estatal, abarcando no solo las relacionadas con el COVID-19, sino también requisitos tradicionales para escolares como las vacunas contra sarampión, paperas, rubéola, polio, varicela y hepatitis B.

Ladapo, durante una conferencia de prensa en el condado de Hillsborough junto al gobernador Ron DeSantis –un líder republicano conocido por su oposición a restricciones pandémicas–, describió los mandatos existentes como equivocados y cargados de desdén, equiparándolos a formas de control coercitivo. Enfatizó que las decisiones sobre qué introducir en el cuerpo propio o de los hijos deben ser personales, no dictadas por el gobierno, y agregó que el cuerpo es un regalo divino que merece respeto y autonomía.

¿Cuál es el contexto de esta medida? Florida, un estado con una población diversa y una economía impulsada por el turismo y la agricultura, ha sido pionero en rechazar mandatos federales durante la pandemia de COVID-19, implementando leyes que prohíben requisitos de vacunación en escuelas y lugares de trabajo. Ahora, esta expansión elimina todas las obligaciones estatales, permitiendo que padres y adultos tomen decisiones informadas sin interferencia oficial, alineado con valores conservadores de libertad y responsabilidad personal.

El anuncio coincide con la formación de la Comisión Florida Make America Healthy Again, inspirada en ideas del activista Robert F. Kennedy Jr., que asesorará sobre políticas de salud centradas en el consentimiento y los derechos parentales. Aunque no se detallaron plazos exactos para la implementación, se espera que involucre reformas legislativas antes del próximo ciclo escolar, posicionando a Florida como el primer estado en adoptar esta postura integral.

Expertos en salud pública han advertido sobre riesgos potenciales, como brotes de enfermedades prevenibles que las vacunas han controlado globalmente, salvando millones de vidas en las últimas décadas. Sin embargo, Ladapo y DeSantis argumentan que eliminar mandatos fomenta la confianza pública en el sistema de salud, evita resentimientos y promueve enfoques innovadores para el bienestar colectivo.

Esta decisión refuerza la agenda de DeSantis, quien ha criticado políticas federales restrictivas, y podría influir en debates nacionales sobre autonomía médica en otros estados con orientaciones similares.

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