Estados Unidos presentó esta semana un nuevo marco de negociación para poner fin a la guerra en Ucrania, un plan que ya genera profundas divisiones entre Moscú y Kiev. El documento, filtrado por medios como The Washington Post y Reuters, consta de siete puntos principales y busca ser la base de una cumbre de paz que Washington quiere celebrar antes de fin de año.
El plan no contempla la retirada total de las tropas rusas de los territorios ocupados ni la devolución inmediata de Crimea, dos exigencias inamovibles para Ucrania. En cambio, propone un alto el fuego “inmediato y sin condiciones previas” seguido de negociaciones sobre el estatus final de los territorios.
Los siete puntos clave del documento estadounidense
- Cese al fuego inmediato en toda la línea de contacto actual, con supervisión de una misión internacional liderada por la ONU y con participación de países neutrales como India, Brasil y Turquía.
- Congelamiento de las líneas actuales durante al menos 30 años, con la posibilidad de que Ucrania recupere territorios mediante “acuerdos diplomáticos futuros” (sin garantía de devolución).
- Garantías de seguridad para Ucrania sin ingreso a la OTAN: EE.UU. y aliados europeos ofrecerían un pacto de defensa bilateral similar al que tiene Israel, pero sin membresía plena en la Alianza Atlántica.
- Reconstrucción de Ucrania financiada principalmente por activos rusos congelados (unos USD 300.000 millones) y nuevos préstamos internacionales.
- Levantamiento progresivo de sanciones a Rusia a medida que se cumplan etapas del acuerdo, comenzando por las relacionadas con energía y banca.
- Neutralidad militar ucraniana y compromiso de no albergar bases extranjeras ni armas nucleares.
- Referéndum supervisado internacionalmente en 2028 sobre el estatus final de los territorios ocupados, incluyendo Crimea.
El punto más polémico es el reconocimiento implícito de facto de las anexiones rusas durante décadas, algo que Kiev considera una “capitulación disfrazada”. El presidente Zelensky calificó el plan de “inaceptable” y advirtió que “aceptar este marco sería legitimar la agresión rusa”.
Reacción rusa: “Un paso en la dirección correcta”
Desde Moscú, el Kremlin recibió el documento con cautela pero optimismo. El portavoz Dmitri Peskov declaró que “por primera vez Washington reconoce la realidad sobre el terreno” y que el plan “puede servir de base para negociaciones serias”. Putin, según fuentes citadas por Reuters, estaría dispuesto a asistir a una cumbre si se garantiza que el texto no sufre modificaciones unilaterales.
División europea y silencio de la OTAN
Francia y Alemania expresaron “preocupación” por la ausencia de la retirada rusa como condición previa. El Reino Unido, por su parte, respaldó la iniciativa estadounidense pero pidió “garantías más sólidas” para Ucrania.La OTAN no emitió comunicado oficial, pero fuentes internas señalan que el plan “dificulta la adhesión ucraniana a largo plazo”.
Próximos pasos
La Casa Blanca busca organizar una cumbre antes del 31 de diciembre, posiblemente en Arabia Saudita o Turquía, con presencia de Trump, Putin, Zelensky y líderes de países mediadores. Según The Wall Street Journal, la administración estadounidense ya envió invitaciones formales y espera respuesta de Moscú en los próximos días.
El plan representa el mayor esfuerzo diplomático de la segunda presidencia Trump para resolver el conflicto, pero también el más divisivo: mientras Rusia lo ve como una vía realista, Ucrania lo considera una traición a su integridad territorial.
El futuro de la guerra más sangrienta en Europa desde 1945 podría decidirse en las próximas semanas.
(Con información de The Washington Post, Reuters y AFP)
