Putin despide a Dmitri Kózak: El asesor que intentó convencerlo de detener la invasión a Ucrania
Después varias semanas de especulaciones, Moscú confirmó la dimisión de Dmitri Kózak, el primer alto funcionario ruso que renuncia por disentir con la marcha de la guerra


El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó la noche del jueves un decreto oficial que libera a Dmitri Kózak de su cargo como subjefe de la Administración presidencial, según el portal de información legal del Estado ruso. La decisión, confirmada por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante su rueda de prensa diaria, pone fin a meses de rumores sobre la dimisión del veterano colaborador de Putin.
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“Puedo confirmar que, efectivamente, Dmitri Kózak ha presentado su dimisión”, declaró Peskov, sin ofrecer más detalles sobre los motivos. Esta es la primera vez desde el inicio de la invasión a Ucrania en febrero de 2022 que un alto funcionario ruso abandona su puesto por oposición abierta a la “operación militar especial”, como la califica el gobierno de Moscú. La crítica a la guerra, perseguida con rigor en todos los niveles de la sociedad rusa, ha llevado a detenciones masivas y censura estricta, haciendo de este caso un evento excepcional.
El Rol de Kózak y su Disidencia
Nacido en Ucrania en 1958, Kózak estudió Derecho en Leningrado (actual San Petersburgo) y se unió al equipo de Putin en 1999, cuando este asumió como primer ministro y luego como presidente. Su trayectoria incluye cargos clave como jefe de campaña de Putin en las elecciones de 2004 y viceprimer ministro entre 2008 y 2020, periodo en el que negoció acuerdos energéticos con Ucrania y Europa. En 2020, regresó al Kremlin como subjefe de la Administración presidencial, donde se ocupó de temas sensibles como la relación con Kiev.
Kózak, de 66 años, habría intentado convencer a Putin de detener la campaña militar en Ucrania desde sus inicios. Según reportes, en 2022 advirtió sobre las consecuencias devastadoras de la invasión y, una vez iniciados los combates, presentó un plan para un cese al fuego inmediato. Incluso propuso reformas al sistema judicial ruso y un mayor control sobre las fuerzas de seguridad para mitigar el impacto interno de la guerra. Sus esfuerzos incluyeron contactos con interlocutores occidentales para recopilar argumentos que persuadieran al Kremlin de retroceder, una iniciativa que fue rechazada categóricamente.
Esta disidencia interna no pasó desapercibida. Propagandistas rusos lo acusaron de traición, y su postura contrastaba con la narrativa oficial de una operación “limitada” y “exitoso”. El diario Védomosti informó que Kózak asumirá ahora el rol de representante plenipotenciario en el distrito federal noroccidental, un puesto que quedó vacante el mismo jueves, lo que sugiere un traslado discreto para evitar mayores fricciones públicas.
Contexto de la Guerra y el Descontento Interno
La renuncia de Kózak se produce en un momento de creciente fatiga en Rusia por el conflicto, que ha durado más de tres años y medio. Sondeos independientes, aunque limitados por la censura, indican que una mayoría de rusos desea el fin de los combates, pese al apoyo oficial a la anexión de territorios ucranianos. La invasión, que comenzó como una supuesta “desnazificación” rápida, ha derivado en un estancamiento sangriento, con avances rusos en Donetsk pero a un costo humano y económico elevado.
Putin, quien ha purgado a disidentes en el pasado, parece optar por un retiro “honorable” para Kózak, un aliado de larga data, en lugar de una confrontación abierta. Sin embargo, este caso resalta las grietas en el círculo íntimo del Kremlin, donde voces como la de Kózak —un negociador experimentado— han intentado moderar la beligerancia rusa.
Implicaciones para el Futuro del Conflicto
La salida de Kózak podría acelerar las presiones internas para una resolución, especialmente ante la reciente cumbre entre Putin y Trump en Alaska, que buscaba avances en negociaciones de paz. Mientras Rusia avanza en Donetsk —donde tropas rusas triplican o sextuplican en número a las ucranianas, según el comandante Oleksandr Sirski—, Ucrania enfrenta su mayor ataque aéreo reciente con 810 drones y misiles, que dañó la sede del gobierno en Kiev y mató a civiles en Yarova.
Desde una perspectiva global, esta dimisión subraya la insostenibilidad de la guerra para Rusia, donde el descontento crece pese a la propaganda. Kózak, con su experiencia en mediaciones pasadas, representa la voz de la razón que Putin ha silenciado, pero que podría resurgir en un momento de debilidad. El mundo observa si este quiebre interno precipita un cambio en la postura rusa, o si solo profundiza el aislamiento de Moscú en el escenario internacional.
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