En un artículo publicado en su boletín "Stone Cold Truth" el 23 de octubre de 2025, el estratega político y activista conservador Roger Stone denuncia la presencia en Estados Unidos de Ivette García González, una coronel de inteligencia del régimen cubano, a quien acusa de respaldar redes de espionaje y el tráfico humano de médicos cubanos. Stone, conocido por su anti-comunismo ferviente y su trayectoria en campañas políticas republicanas, urge al FBI a investigar de inmediato a García González, argumentando que su solicitud de asilo representa una amenaza directa a la seguridad nacional. El texto, que combina anécdotas personales con denuncias detalladas, resalta cómo figuras del régimen castrista operan libremente en suelo estadounidense, potencialmente infiltrando instituciones académicas y políticas.
Antecedentes de García González: De la inteligencia cubana a la academia
Según Stone, Ivette García González, de 57 años, es una oficial de alto rango en la Dirección de Inteligencia (DI) de Cuba, con una trayectoria que abarca desde operaciones encubiertas hasta roles públicos en instituciones estatales. Educada en la Universidad de La Habana, García González se graduó en Economía y Filosofía Marxista-Leninista, y posteriormente en Periodismo, lo que le permitió ascender en el aparato de inteligencia cubano. Stone la describe como una "coronel de inteligencia" que ha operado bajo fachadas académicas y diplomáticas, incluyendo su rol como asesora en el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba y como profesora en la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

El artículo de Stone destaca que García González ha sido una figura clave en el programa de misiones médicas cubanas, que envía profesionales de la salud al extranjero para generar ingresos al régimen. Según denuncias citadas por Stone, este programa es una forma de "esclavitud moderna", donde los médicos son obligados a trabajar en condiciones precarias, con salarios retenidos por el gobierno cubano y bajo vigilancia constante para prevenir deserciones. Organizaciones como Prisoners Defenders y la ONU han calificado estas prácticas como trabajo forzoso y tráfico humano, con estimaciones de que el régimen gana hasta 11.000 millones de dólares anuales de estas "misiones".
Acusaciones de espionaje: La Red Wasp y operaciones encubiertas
Uno de los puntos centrales del artículo de Stone es la presunta conexión de García González con la Red Avispa (Wasp Network), una operación de espionaje cubano desmantelada por el FBI en 1998. Stone alega que García González respaldó esta red, que infiltró grupos exiliados cubanos en Florida y organizaciones como Brothers to the Rescue, proporcionando inteligencia que contribuyó al derribo de aviones civiles en 1996, resultando en la muerte de cuatro activistas. Aunque no presenta evidencia directa de su involucramiento, Stone cita testimonios de desertores cubanos y reportajes europeos que la vinculan a operaciones de inteligencia similares.

Además, Stone acusa a García González de coordinar el tráfico de médicos cubanos, citando casos en Portugal donde médicos desertores la identificaron como supervisora de misiones que incluían vigilancia ideológica y represión. Un reportaje de la periodista portuguesa Catarina Gomes en Público (2023) detalla cómo García González, bajo el pretexto de "asesora académica", monitoreaba a los médicos para prevenir defecciones, reteniendo pasaportes y amenazando a sus familias en Cuba. Stone argumenta que estas prácticas violan tratados internacionales contra el tráfico humano y que García González ha usado su rol para infiltrar redes en Europa y ahora en EE.UU.
Asilo en EE.UU. y llamado al FBI: Una amenaza a la seguridad nacional
Stone revela que García González llegó a Estados Unidos en julio de 2025 solicitando asilo político, presentándose como disidente del régimen. Sin embargo, el autor la acusa de ser una "agente doble" enviada para infiltrar comunidades exiliadas y académicas, posiblemente bajo órdenes del régimen de Maduro y Castro. Stone critica a congresistas como Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart por supuestamente ignorar su presencia, alegando que protegen intereses comerciales vinculados a Cuba, como contratos de defensa con empresas que operan bajo supervisión cubana.

El artículo insta al FBI a actuar de inmediato, argumentando que García González representa un riesgo similar al de Ana Belén Montes, la espía cubana convicta que infiltró el Departamento de Defensa de EE.UU. durante décadas. Stone cita su propia experiencia personal —influenciado por libros de Barry Goldwater y la historia de su suegro, un desertor cubano— para enfatizar su anti-comunismo, y llama a una investigación exhaustiva para exponer y procesar a García González por espionaje y tráfico humano.
Implicaciones más amplias: Espionaje cubano en EE.UU.
El artículo de Stone se enmarca en un contexto de crecientes denuncias sobre infiltración cubana en Estados Unidos. Reportes del FBI indican que Cuba mantiene una de las redes de espionaje más activas en territorio estadounidense, enfocada en exiliados, tecnología y política. Casos como el de Manuel Rocha, exembajador convicto por espionaje en 2023, y la Red Avispa, ilustran la persistencia de estas operaciones. Stone argumenta que el asilo de García González es parte de una estrategia para "blanquear" su pasado y continuar actividades subversivas, posiblemente en instituciones como la Universidad Internacional de Florida (FIU), donde ha sido vinculada.