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Semana Mundial de la RAM 2025: La resistencia a los antimicrobianos no es “cambio climático”, es consecuencia directa de políticas irresponsables

La resistencia antimicrobiana mata hoy más que el VIH y la malaria juntos (1,3 millones de muertes directas al año) y puede llegar a 10 millones en 2050 si no cambiamos el rumbo

Por UHN Plus
Semana Mundial de la RAM 2025: La resistencia a los antimicrobianos no es “cambio climático”, es consecuencia directa de políticas irresponsables
OPS

Esta semana (18-24 de noviembre) la OMS y sus socios promueven la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (WAAW 2025) con el lema “Actuar ahora: Proteger nuestro presente, asegurar nuestro futuro”. Desde una perspectiva conservadora, no vamos a maquillar la realidad con discursos progresistas ni culpar al “cambio climático” de todo. El problema es serio, pero sus causas principales son decisiones políticas y prácticas que cualquier persona sensata puede señalar sin caer en el wokeísmo sanitario.

Las verdaderas causas (sin rodeos)

  1. Venta libre y automedicación masiva
    En muchos países de América Latina (incluido el nuestro hasta hace poco en algunos casos) cualquiera entraba a una farmacia y salía con antibióticos sin receta. Resultado: bacterias resistentes en tiempo récord. Prohibir la venta libre no es “autoritarismo sanitario”; es sentido común y protección de la libertad de no morir por una infección banal.
  2. Uso indiscriminado en ganadería y agricultura
    El 70 % de los antibióticos del mundo se les da a animales sanos para que engorden más rápido o porque viven hacinados en condiciones antihigiénicas. ¿Quién permite eso? Grandes corporaciones agroexportadoras y regulaciones laxas que priorizan el lobby sobre la salud pública. Un conservador defiende la propiedad privada, pero también la responsabilidad: si tu modelo de negocio genera superbacterias que luego matan a mis hijos, algo estás haciendo mal.
  3. Fronteras abiertas sin control sanitario
    La migración masiva irregular, sin controles médicos básicos, ha sido un vector documentado de dispersión de patógenos multirresistentes (estudios lo confirman en Europa y EE.UU.). Defender la soberanía nacional y el control de fronteras no es xenofobia; es proteger la salud de tus ciudadanos. Punto.
  4. Burocracia que frena nuevos antibióticos
    Desde 1987 apenas se han aprobado media docena de clases nuevas de antibióticos. ¿Por qué? Regulaciones interminables de la FDA y la EMA que hacen que desarrollar un antibiótico cueste más de 2.000 millones de dólares y tome 15 años. El resultado: las farmacéuticas prefieren invertir en pastillas para la calvicie o antidepresivos crónicos que en antibióticos que curan en 7 días y ya no se pueden vender. Menos intervención estatal = más innovación y más antibióticos nuevos.
  5. Cultura del “todo gratis” en la salud pública
    Cuando el Estado regala antibióticos sin control ni educación, la gente los usa para un dolor de garganta viral. Responsabilidad individual: si algo es gratis, lo desperdicias. Sistemas mixtos (público-privado) con copagos razonables fomentan el uso responsable.

Lo que SÍ funciona (y no requiere agenda globalista)

  • Receta médica obligatoria y sanciones reales a farmacias que vendan sin ella.
  • Incentivos económicos (no prohibiciones ideológicas) para que los productores reduzcan antibióticos en animales.
  • Control estricto de fronteras y cuarentenas cuando corresponda.
  • Desregular el desarrollo de nuevos fármacos y premiar a las empresas que inviertan en antibióticos (EE.UU. ya lo está haciendo con la ley PASTEUR).
  • Educación desde la escuela y la familia: “los antibióticos no son caramelos”.

La resistencia antimicrobiana mata hoy más que el VIH y la malaria juntos (1,3 millones de muertes directas al año) y puede llegar a 10 millones en 2050 si no cambiamos el rumbo. No necesitamos más cumbres de la ONU ni impuestos al carbono. Necesitamos políticas de sentido común, responsabilidad individual y menos burocracia estatal que asfixia la innovación.

Porque conservar la vida de nuestros hijos y la eficacia de los antibióticos no es progresista ni conservador: es de sentido común.

Referencias

  1. OMS – World AMR Awareness Week 2025
  2. CDC – Antibiotic Resistance Threats in the United States (último reporte confirma el impacto de la migración irregular en cepas resistentes)
  3. The Lancet – “Global burden of bacterial antimicrobial resistance 1990–2021”
  4. Heritage Foundation – “How Overregulation Is Killing Antibiotic Innovation” (2024)
  5. Ley PASTEUR (EE.UU.): ejemplo concreto de política pro-innovación que cualquier país sensato debería copiar.
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