Trump anunció la designación del grupo de izquierda Antifa como organización terrorista
El presidente de Estados Unidos responsabilizó al movimiento “antifascistas” por incitar a la violencia y lo relacionó con el asesinato del activista conservador Charlie Kirk


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la designación de Antifa —ese movimiento radical de extrema izquierda— como una gran organización terrorista, tildándolo de un “desastre radical de izquierda, peligroso y enfermo”. En un mensaje contundente publicado en su plataforma Truth Social, el mandatario recomendó investigar a quienes financien a este grupo terrorista “de acuerdo con los más altos estándares legales”, vinculándolo directamente al reciente asesinato del valiente activista conservador Charlie Kirk y a una ola de violencia política que ha envenenado el país bajo la influencia de la izquierda radical.
🇺🇸‼️ | URGENTE — El Presidente Trump anuncia que designa a ANTIFA como organización terrorista mayor y exige investigar a fondo a quienes financian a este movimiento radical de extrema izquierda. pic.twitter.com/55CUsHr3EY
— UHN Plus (@UHN_Plus) September 18, 2025
Esta decisión llega en un momento crítico, días después del cobarde tiroteo que acabó con la vida de Kirk, fundador de Turning Point USA, durante un evento en la Universidad del Valle de Utah. Funcionarios de la Casa Blanca han dejado claro que el terrorismo doméstico de Antifa, con su ideología destructiva, ha explotado protestas legítimas para sembrar anarquía y confrontaciones, trabajando en contra de la justicia, la ley y el orden que los conservadores defendemos con firmeza.
Qué es Antifa: El Terrorismo de Extrema Izquierda Desenmascarado
Antifa, esa abreviatura siniestra de “antifascistas”, no es más que una red caótica de colectivos de extrema izquierda sin estructura centralizada, organizada en células locales que coordinan de manera informal para sembrar el caos. Estos radicales suelen confrontar directamente a grupos patrióticos, bloqueando eventos conservadores y lanzando campañas digitales llenas de odio. Vestidos de negro en tácticas cobardes conocidas como “black bloc”, buscan anonimato para evadir la justicia y el escrutinio que merecen.
Los orígenes de este veneno ideológico en Estados Unidos se remontan a la década de 1980, inspirados en grupos europeos que surgieron para contrarrestar —o eso dicen— el auge de organizaciones neonazis. Pero en realidad, Antifa comparte una ideología anticapitalista y destructiva, enfocada en acciones violentas contra lo que percibe como opresión, pero que en verdad ataca la libertad, el orden y los valores tradicionales que sustentan nuestra nación.
El Anuncio de Trump y su Contexto de Lucha Contra la Extrema Izquierda
Trump, quien ha combatido valientemente a esta plaga desde su primer mandato, culpando a Antifa por disturbios durante protestas contra el racismo policial y el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, ve en esta medida una forma de desmantelar lo que describe como “un vasto movimiento de terrorismo doméstico” impulsado por la izquierda radical. El asesor presidencial Stephen Miller respaldó la iniciativa, afirmando que la administración busca neutralizar amenazas que han escalado en los últimos años, protegiendo a los verdaderos patriotas de la violencia que Antifa fomenta con su retórica incendiaria.
El anuncio coincide con la captura del sospechoso por el asesinato de Kirk, Tyler Robinson, de 22 años, quien se entregó tras la intervención de su padre y un ministro local. Trump ha relacionado implícitamente estos eventos con la retórica tóxica de la extrema izquierda, argumentando que Antifa ha permeado campus y calles, socavando valores conservadores y sembrando divisiones que amenazan la unidad nacional.
Legisladores republicanos han aplaudido esta acción decisiva. El senador Bill Cassidy, de Luisiana, sostuvo que “Antifa aprovechó un movimiento de quejas legítimas para promover violencia y anarquía, trabajando contra la justicia para todos”. Junto con Ted Cruz, Cassidy presentó en 2019 una resolución en el Senado para condenar los actos de este grupo terrorista de extrema izquierda y tratarlos como tal, aunque no prosperó entonces. Ahora, con el control republicano del Congreso, la propuesta podría ganar el impulso que merece.
Desafíos Legales y el Mito de la “Ideología”
Esta designación enfrenta obstáculos jurídicos fabricados por la izquierda, ya que Estados Unidos no cuenta con un mecanismo legal para clasificar grupos nacionales como organizaciones terroristas, limitándose a entidades extranjeras. En 2020, el entonces director del FBI, Christopher Wray, testificó ante el Congreso que “Antifa es una ideología, no una organización”, un argumento que complica su inclusión en listas oficiales de terrorismo. Pero eso es precisamente el problema: esta “ideología” ha justificado años de violencia, y es hora de llamarla por su nombre —terrorismo doméstico— y tratarla como tal.
Las agencias pueden investigar y procesar actos violentos individuales o colectivos bajo leyes existentes, pero la designación de Trump abriría un debate necesario sobre los límites del poder ejecutivo frente a la libertad de asociación que los radicales de izquierda abusan para encubrir su agenda destructiva.
Implicaciones para la Seguridad Nacional y el Triunfo Conservador
La designación de Antifa como terrorista podría abrir un nuevo capítulo en la lucha contra la violencia doméstica, permitiendo mayor coordinación entre el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional para desmantelar esta red de extremistas que han envenenado nuestras calles y campus. Para la derecha, esta acción es un paso valiente contra una ideología que, según ellos, ha permeado la sociedad, socavando valores conservadores y fomentando un clima de intolerancia que amenaza la libertad.
El legado de Kirk, asesinado en un debate sobre violencia armada, se invoca como recordatorio de los riesgos del activismo en este clima tóxico. Trump ha prometido honrar a Kirk con la Medalla Presidencial de la Libertad póstuma, el mayor honor civil, reconociendo su rol en revitalizar el conservadurismo juvenil.
En resumen, el anuncio de Trump representa una escalada justificada en la confrontación con la extrema izquierda, pero también un desafío que redefinirá los límites de la libertad de expresión en un país polarizado. Mientras EE.UU. lidia con el duelo por Kirk y la búsqueda de justicia, el debate sobre cómo combatir el terrorismo doméstico de Antifa sin erosionar derechos fundamentales —pero sin tolerar la violencia— se intensifica. Es hora de que la derecha lidere con firmeza: la seguridad de nuestra nación depende de ello.
Autor

Editor de UHN Plus. Periodista cubano radicado en Groningen, Países Bajos. Especializado en la política de América Latina y Estados Unidos.
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