En un giro inesperado que ha generado ondas de preocupación entre inversores, Bitcoin ha perforado la barrera psicológica de los 90.000 dólares por primera vez en siete meses, borrando gran parte de las ganancias acumuladas en 2025. Esta caída, que se profundizó hasta un 2,4% en la sesión del martes, refleja un mercado cripto cada vez más vulnerable ante vientos macroeconómicos adversos. Aunque el activo rey recuperó terreno para cotizar alrededor de los 91.400 dólares a media mañana en Londres, el episodio marca el fin de una racha alcista que había impulsado a Bitcoin a récords superiores a los 126.000 dólares a inicios de octubre. ¿Es este el comienzo de una corrección prolongada o una oportunidad de compra? El sector se debate entre el pánico y la cautela estratégica.
El contexto de una caída que borra euforia
El descenso de Bitcoin no es un evento aislado, sino la culminación de un mes de volatilidad que ha evaporado más de un billón de dólares en capitalización de mercado. Desde su pico postelectoral, ligado a la victoria de Donald Trump y sus promesas de políticas pro-cripto, el token ha perdido terreno de manera constante. No se veía un precio por debajo de los 90.000 dólares desde abril, cuando tocó un mínimo de 74.400 dólares en medio de las primeras tensiones por aranceles comerciales propuestos por el entonces presidente electo. Esta nueva fase bajista ha coincidido con una reevaluación general del apetito por el riesgo en los mercados globales, donde las criptomonedas, vistas como activos especulativos, sufren con mayor intensidad.
El impacto se extiende más allá de Bitcoin: el ecosistema cripto en su conjunto ha registrado liquidaciones masivas, superando los 19.000 millones de dólares a inicios de octubre, con posiciones largas y cortas eliminadas por unos 950 millones solo en las últimas 24 horas. Esta dinámica ha disuadido a los inversores minoristas, reduciendo las compras en caídas y afectando particularmente a las altcoins más volátiles.
Factores macro que impulsan la corrección
La principal causa de esta caída radica en un entorno económico global menos favorable de lo anticipado. Las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. se han desinflado drásticamente: la probabilidad de un ajuste en diciembre ha caído por debajo del 50%, lo que ha enfriado el entusiasmo por activos de alto riesgo como las criptomonedas. Esta reevaluación ha expuesto valoraciones elevadas en el sector, dejando a Bitcoin expuesto a ventas adicionales.
Además, el flujo de capital institucional, que había sido un pilar de soporte durante el rally, ahora se invierte. Un grupo de 12 ETF spot de Bitcoin ha visto salidas netas de aproximadamente 2.800 millones de dólares en noviembre, contrastando con las entradas masivas de decenas de miles de millones registradas tras la elección de Trump. Empresas como MicroStrategy Inc., liderada por Michael Saylor, enfrentan presiones crecientes en sus tesorerías de activos digitales, revaluando posiciones por debajo de niveles clave de acumulación. En el mercado de opciones, los traders están apostando por caídas más profundas, con demanda creciente de protección en strikes de 85.000 y 80.000 dólares.
Un impacto en cadena en el ecosistema cripto
La corrección de Bitcoin ha actuado como un dominó, afectando a todo el mercado de activos digitales. Las salidas de ETF no solo reflejan una pérdida de confianza inmediata, sino también una reducción en la participación minorista, que tradicionalmente impulsaba rebotes en altcoins especulativas. Tesorerías corporativas y fondos de inversión han ajustado sus carteras, priorizando liquidez ante la incertidumbre macro. Esta dinámica ha amplificado la volatilidad, con liquidaciones en cascada que eliminan posiciones apalancadas y erosionan el valor total bloqueado en el sector.
A pesar de la presión, no todo son nubes negras. Algunos analistas destacan que esta fase podría consolidar bases sólidas para una recuperación, similar a correcciones pasadas que precedieron a nuevos máximos históricos.
Voces expertas: Volatilidad a la vista, pero con oportunidades
Los analistas del sector coinciden en que la caída es un síntoma de madurez del mercado, pero advierten sobre turbulencias adicionales. “Con la probabilidad de recortes de tasas de la Fed en diciembre por debajo del 50% ahora, los mercados cripto continúan bajando tras perder el importante nivel de 100.000 dólares en BTC”, explica Shiliang Tang, socio director de Monarq Asset Management. Para Tang, esta es una oportunidad para compradores a largo plazo, aunque las instituciones podrían optar por reducir riesgos ante cambios en las proyecciones macroeconómicas globales.
Nick Ruck, director de LVRG Research, añade: “Esperamos que el bitcoin experimente más volatilidad durante los próximos meses, ya que los compradores a largo plazo ven esta caída como una buena oportunidad, mientras que las instituciones de trading podrían reducir riesgos a medida que los factores macroeconómicos globales cambian las proyecciones de cartera”. Ruck enfatiza que, aunque el apetito por el riesgo se ha deteriorado, tenedores institucionales clave mantienen sus posiciones, lo que podría estabilizar el mercado en el mediano plazo.
Hacia un horizonte incierto: ¿Oportunidad o advertencia?
El cierre de esta jornada bajista deja un panorama mixto para Bitcoin y el cripto en general. Mientras algunos observadores ven en las ventas de ETF y las tensiones en tesorerías una señal de alerta para ventas adicionales, otros perciben un punto de inflexión para alcistas convencidos. La perspectiva a corto plazo es incierta, con volatilidad esperada, pero el consenso apunta a que esta corrección podría atraer a inversores estratégicos dispuestos a acumular en descuentos.
En última instancia, la caída por debajo de los 90.000 dólares no solo borra la euforia reciente, sino que recuerda la naturaleza cíclica de las criptomonedas: un activo que recompensa la paciencia, pero castiga la imprudencia. A medida que el mundo financiero digiere estos vientos en contra, el mercado se prepara para lo que podría ser un invierno cripto transitorio o el preludio de un nuevo ciclo alcista. El tiempo, y los datos macro, dirán la última palabra.
