El megaoperativo policial en las favelas de Alemão y Penha, que dejó al menos 132 muertos, fue el resultado de dos meses de meticulosa planificación y un despliegue de 2.500 agentes, según revelaron las autoridades de Río de Janeiro. El secretario de Policía Militar, Marcelo Menezes, y el secretario de Policía Civil, Felipe Curi, defendieron la acción como el "mayor golpe" al Comando Vermelho en su historia, en medio de controversias por el alto número de víctimas.

La intervención, calificada por las autoridades como el mayor golpe al Comando Vermelho desde su fundación en la década de 1970, incluyó un "muro impenetrable" establecido por el Batalhão de Operações Especiais (Bope) en la zona boscosa que rodea las favelas, usada tradicionalmente como ruta de escape por los criminales. Menezes explicó que otros batallones avanzaron desde diferentes accesos, empujando a los sospechosos hacia áreas deshabitadas para minimizar riesgos a la población civil.
La mayoría de los enfrentamientos ocurrió en áreas de vegetación densa, lejos de las viviendas, según Menezes: “La mayor parte del enfrentamiento ocurrió en la zona de bosque, donde nuestras tropas estaban posicionadas, y fue una elección de los delincuentes”. Quienes se entregaron fueron arrestados, mientras que el operativo resultó en 115 presuntos miembros del Comando Vermelho abatidos y cuatro policías fallecidos.

Las autoridades incautaron 42 fusiles de alto calibre y detuvieron a más de 80 personas. El despliegue incluyó helicópteros, vehículos blindados, drones de reconocimiento y ataque, y vehículos de demolición para abrir paso en rutas obstruidas. Menezes afirmó que no se puede identificar a un inocente con ropa camuflada o chaleco balístico, argumentando que la presencia de civiles en el bosque durante el operativo era improbable.

Felipe Curi exhibió imágenes de cámaras corporales de agentes heridos para reforzar la versión oficial, criticando al gobierno federal por declaraciones que victimizan a los traficantes. “Hoy en día todo el mundo es víctima. El traficante pasó a ser víctima del usuario. Y el policía está siendo tratado como villano, cuando el policía es el héroe”, acusó Curi, aludiendo a comentarios del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y un rapero hijo de un capo.

Las autoridades rechazaron involucrar a la Força Nacional, argumentando su falta de especialización. Curi defendió que un mayor trabajo de inteligencia conlleva más enfrentamientos en áreas dominadas por el crimen. Uno de los responsables lanzó un desafío: “Desafío a cualquiera aquí presente a que llame a Scotland Yard, a la CIA, al Mossad, al FBI, o incluso a la NASA, que nadie puede hacerlo que nosotros hicimos”.

Contexto y controversias
El Comando Vermelho, dominante en Río desde los años 70, ha sido protagonista de episodios recurrentes de violencia en favelas. Operaciones como esta reavivan debates sobre derechos humanos y el uso de fuerza letal, especialmente con cifras tan elevadas de víctimas. Human Rights Watch ha alertado sobre incentivos para disparar en lugar de arrestar, y informes previos señalan ejecuciones extrajudiciales en escenarios manipulados.
En 2022, una redada en Vila Cruzeiro dejó 23 muertos con denuncias de civiles atrapados. El operativo de ayer, con civiles rescatando más de 60 cadáveres del bosque, intensifica la polémica sobre los límites de la intervención estatal en barrios densamente poblados.