El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles 10 de diciembre de 2025 que la Guardia Costera estadounidense confiscó un barco petrolero frente a las costas de Venezuela, en medio de un despliegue militar significativo en el Caribe. La declaración, realizada durante una mesa redonda con empresarios en la Casa Blanca, marca un nuevo episodio de escalada en las tensiones entre Washington y Caracas, alimentadas por acusaciones de narcotráfico y sanciones económicas. Trump describió el buque como "enorme, muy grande; de hecho, el más grande jamás incautado", y sugirió que otras acciones están en curso, aunque evitó dar detalles específicos.
La operación se enmarca en la campaña militar conocida como "Lanza del Sur", iniciada en septiembre de 2025, que ha destruido más de veinte embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas en el Caribe y el Pacífico, resultando en la muerte de decenas de personas. La administración Trump ha intensificado la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, al que acusa de liderar el llamado Cártel de los Soles, una red de narcotráfico supuestamente integrada por altos funcionarios venezolanos. Esta narrativa ha sido utilizada para justificar una presencia naval significativa, incluyendo el portaaviones USS Gerald Ford y más de 15.000 efectivos, en una región estratégica para el control de rutas marítimas.
🇺🇸🇻🇪‼️ | URGENTE — Trump confirmó que EE. UU. acaba de incautar un enorme buque petrolero frente a las costas de Venezuela, describiéndolo como “el más grande jamás confiscado” y adelantando que “otras cosas están ocurriendo” tras una jornada que calificó como especialmente… pic.twitter.com/rjFlJAeq0k
— UHN Plus (@UHN_Plus) December 10, 2025
El anuncio de la confiscación llega en un momento de alta sensibilidad política, coincidiendo con la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en Oslo, donde María Corina Machado, líder opositora venezolana, fue galardonada por su resistencia contra el chavismo. Aunque Machado logró escapar de Venezuela en un viaje secreto hacia Noruega, la acción de Estados Unidos ha sido interpretada por algunos analistas como un intento de presionar aún más al régimen, especialmente en el sector petrolero, vital para la economía venezolana. Sin embargo, la falta de detalles oficiales sobre el barco —como su bandera, propietario o carga exacta— deja espacio para especulaciones y críticas sobre la legalidad de la operación.
El régimen venezolano no ha emitido una respuesta oficial inmediata, pero históricamente ha denunciado estas acciones como actos de piratería y agresiones imperialistas. Maduro ha movilizado a más de 200.000 militares y millones de milicianos en respuesta al despliegue estadounidense, mientras Petróleos de Venezuela (PDVSA) continúa operando bajo sanciones con socios como Chevron, que posee una licencia especial del Departamento del Tesoro. La confiscación podría complicar aún más las exportaciones de crudo, que en noviembre de 2025 alcanzaron los 900.000 barriles diarios, afectando a países como China que dependen de este suministro a través de intermediarios.
Desde una perspectiva crítica, la operación plantea preguntas sobre los verdaderos objetivos de Washington. Si bien la lucha contra el narcotráfico es el argumento público, algunos observadores sugieren que el interés en el petróleo venezolano —uno de los mayores reservorios mundiales— podría estar motivando estas acciones. La ambigüedad de Trump al decir "están sucediendo otras cosas, así que lo verán más adelante" alimenta teorías sobre posibles incursiones terrestres o una intensificación del bloqueo económico, especialmente tras su reciente advertencia de que los días de Maduro están contados.
