Estados Unidos ha confirmado el despliegue temporal de personal de su Fuerza Aérea en la base aérea de Manta, en la costa ecuatoriana, como parte de una operación conjunta con las fuerzas armadas de Ecuador para luchar contra el narcoterrorismo y desarticular rutas del narcotráfico.
Esta misión, de duración limitada, representa el regreso de tropas estadounidenses a la base de Manta, desde donde operaron hasta 2009, cuando el entonces presidente Rafael Correa no renovó el acuerdo. La operación se enmarca en acuerdos bilaterales de cooperación en seguridad y responde al deterioro de la situación en Ecuador, donde el presidente Daniel Noboa declaró un conflicto armado interno en enero de 2024 tras el avance de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, catalogándolas como grupos terroristas.
La base de Manta, ubicada en la provincia de Manabí sobre el océano Pacífico, es estratégica por su proximidad a rutas marítimas clave para el tráfico de drogas, pesca ilegal y migración irregular, además de ser el punto continental más cercano a las islas Galápagos. Aunque no se detalló el número exacto de efectivos desplegados, se reportó la llegada de aviones con material militar.

El presidente Noboa respaldó la iniciativa, declarando que con el apoyo estadounidense se activa una operación temporal para identificar y desarticular las rutas del narcotráfico y enfrentar a los grupos criminales. La Embajada de EE.UU. en Quito enfatizó que el esfuerzo es a corto plazo, conforme a la ley ecuatoriana y acuerdos vigentes, y busca mejorar las capacidades ecuatorianas contra amenazas compartidas.
El Ministerio de Defensa ecuatoriano confirmó el intercambio de información y el fortalecimiento de capacidades locales, aunque mantuvo reserva sobre detalles operativos. Esta acción coincide con un aumento de la presencia militar estadounidense en la región, incluyendo cooperaciones con Perú y Paraguay, y declaraciones del secretario de Estado Marco Rubio sobre las organizaciones criminales transnacionales como la principal amenaza en el hemisferio.
El despliegue se produce un mes después de que los ecuatorianos rechazaran en referéndum la autorización de bases militares extranjeras permanentes, aunque el gobierno de Noboa ha defendido esta cooperación temporal como ajustada a la normativa vigente. Esta medida refuerza la estrategia bilateral contra el narcotráfico en un contexto de creciente violencia en Ecuador y presión regional sobre el crimen organizado.
