En la ciudad de Dallas, un centro económico en el estado de Texas conocido por su industria tecnológica y petrolera en el sur de Estados Unidos, un actor ha visto su rostro transformado por la inteligencia artificial en una herramienta comercial que genera controversia. Según The New York Times, Scott Jacqmein, de 52 años, aceptó ceder su imagen por un año a cambio de 750 dólares y un viaje al Área de la Bahía de San Francisco, sin imaginar que su avatar digital terminaría promocionando horóscopos, suplementos y seguros en TikTok, la plataforma china de videos cortos con más de mil millones de usuarios globales.

¿Qué ocurrió con la imagen de Jacqmein? De acuerdo a Infobae, el actor fue reclutado por la agencia Polet Production para grabar su rostro y voz usando smartphones, creando un avatar que TikTok ofrece a anunciantes a través de su suite creativa Symphony. Este doble digital, que habla en idiomas como el español fluido a pesar de que Jacqmein no lo domina, aparece en anuncios vendiendo apps de horóscopos diarios, seguros de vida y rompecabezas, con gestos y fondos generados por IA que lo hacen parecer real, aunque con movimientos algo rígidos.

¿Fue el contrato claro sobre el uso de su avatar? Un reporte de The New York Times detalla que Jacqmein firmó sin asesoría legal ni agente, sin cláusulas que limitaran idiomas, productos o contextos, y sin regalías por el uso ilimitado. La licencia dura un año, pero el actor ahora recibe mensajes de conocidos confundidos al verlo en campañas, incluyendo una en YouTube para suplementos de "rendimiento masculino" que fue removida tras su queja, violando términos de TikTok. Él describe la experiencia como "desconcertante", al ver a su "otro yo" actuando de formas que no controla.

¿Cómo funcionan estos avatares en TikTok? Según el mismo medio, las empresas seleccionan perfiles por edad, género o apariencia, generando videos sin rodajes reales, etiquetados como "generados por IA" pero que se pierden en el feed. Esto beneficia a pequeños negocios, como destaca TikTok en conferencias publicitarias, al reducir costos comparados con actores humanos (de 300 a 2.500 dólares por sesión). Sin embargo, expertos señalan que actores como Jacqmein pierden control si no negocian mejor, en un mercado donde la IA reemplaza empleos tradicionales.

¿Existen riesgos legales y éticos en esta práctica? De acuerdo a Infobae, el caso expone vacíos en contratos digitales, donde la replicación realista de rostros y voces permite explotación sin compensación adicional. Jacqmein, junto a otros como Tracy Fetter (pagada menos de 1.000 dólares), no sabía que sus avatares podrían usarse en plataformas ByteDance como CapCut. TikTok asegura supervisión estricta y termina asociaciones con agencias incumplidoras, pero el incidente resalta cómo la IA transforma la publicidad, protegiendo identidades en algunos casos pero creando dilemas éticos en otros.

Este suceso ilustra los peligros de firmar acuerdos digitales sin precaución en una era donde la IA multiplica oportunidades pero también consecuencias imprevistas, afectando profesiones creativas en economías globales dependientes de la tecnología.