Galápagos, Ecuador (UHN Plus) -- En un hallazgo que desafía las predicciones catastrofistas sobre extinciones marinas y resalta la resiliencia de los ecosistemas naturales, científicos han redescubierto el coral Rhizopsammia wellingtoni en las Islas Galápagos, una especie endémica que se creía extinta desde hace casi 25 años. Más de 250 colonias sanas fueron localizadas en enero de 2024 durante una expedición de la California Academy of Sciences y la Charles Darwin Foundation, con resultados publicados en junio de 2025, ofreciendo un rayo de optimismo en medio de debates globales sobre la conservación oceánica y el impacto real del cambio climático.
El descubrimiento ocurrió de manera fortuita mientras el equipo buscaba una nueva especie de babosa marina en la Isla Isabela, cerca de Tagus Cove, a 12 metros de profundidad. "Fue una casualidad absoluta, pero celebramos con saludos bajo el agua al ver pólipos en brotación, señal de reproducción activa", relató Terry Gosliner, curador de la California Academy, a Smithsonian Magazine. Las colonias, en colores negro-púrpura y rojo-negro, se extendieron a sitios adicionales en Isabela y Fernandina, incluyendo Cabo Douglas, donde nunca se habían registrado. Este coral solitario, con pólipos independientes de menos de 1.3 cm, no depende de algas fotosintéticas, permitiéndole sobrevivir en aguas profundas y frías (15-26°C), una adaptación que lo hace resistente a variaciones térmicas.
Rhizopsammia wellingtoni, nombrado en 1982 por el biólogo Gerard M. Wellington, fue diezmado por El Niño de 1982-1983, clasificado como "en peligro crítico" por la UICN en 2007 y considerado posiblemente extinto tras la ausencia de registros desde 2000. Sin embargo, su reaparición en la zona mesofótica (30-150 metros) sugiere "persistencia de baja densidad", con larvas de profundidades repoblando áreas someras durante el reciente ciclo de La Niña (2020-2023). "Su biología única la salvó y la hace más resistente al cambio climático", afirmó Gosliner, cuestionando narrativas alarmistas y enfatizando la capacidad natural de recuperación de los océanos.
Este evento se produce en un contexto global donde los arrecifes enfrentan un cuarto blanqueamiento masivo, afectando al 83.9% de las superficies coralinas mundiales. Sin embargo, el redescubrimiento en Galápagos —un hotspot de biodiversidad que inspira conservación en regiones como el Pacífico Asiático y el Caribe— refuerza argumentos conservadores sobre la resiliencia ecológica sin necesidad de regulaciones internacionales excesivas. Analistas destacan que, en lugar de pánico climático, el enfoque debería estar en exploraciones científicas y políticas locales, como las de Ecuador, para proteger ecosistemas sin sofocar economías dependientes del turismo y la pesca.
El equipo recolectó muestras para estudios genéticos, que revelarán la diversidad poblacional y su potencial para repoblar áreas impactadas. Como "centinela del cambio climático", esta especie podría alertar sobre variaciones oceánicas, beneficiando investigaciones globales desde California hasta Australia. La Charles Darwin Foundation subraya que monitorear especies "extintas" revela lecciones de adaptación, promoviendo una conservación pragmática que priorice la innovación sobre el intervencionismo gubernamental masivo.
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Fuentes: Infobae, Mongabay, Darwin Foundation, California Academy of Sciences, Smithsonian Magazine, El Comercio, Noticias RCN
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