En medio de los choques con la policía, los manifestantes incendiaron coches patrulla y atacaron la sede del partido progresista D66; las fuerzas de seguridad, en tanto, utilizaron gases lacrimógenos
El caso ha desatado un fuerte debate sobre las políticas de asilo en los Países Bajos, un país de 17 millones de habitantes que ha recibido miles de solicitantes de asilo en los últimos años