El presidente Donald Trump negó este viernes los reportes que sugerían que Estados Unidos planea atacar instalaciones militares en Venezuela, desmintiendo informaciones publicadas por el Miami Herald y The Wall Street Journal. “No”, respondió Trump cuando un periodista le preguntó a bordo del Air Force One sobre posibles bombardeos contra el régimen de Nicolás Maduro.
La Casa Blanca respaldó la posición del mandatario, rechazando las afirmaciones basadas en fuentes anónimas. La portavoz Anna Kelly afirmó a Fox News Digital: “Fuentes anónimas no saben de qué están hablando. Cualquier anuncio relacionado con la política hacia Venezuela provendría directamente del Presidente”. Esta declaración llega en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe, que ha generado temores de una intervención en el país sudamericano.
The Wall Street Journal reportó el jueves que funcionarios estadounidenses identificaron objetivos militares vinculados al narcotráfico, aunque aclaró que Trump no había tomado una decisión formal.* Por su parte, el Miami Herald citó fuentes cercanas que indicaban ataques inminentes en “días o incluso horas” contra el Cartel de los Soles, supuestamente encabezado por Maduro. Sin embargo, Trump reiteró en declaraciones a Bloomberg News que aún no se ha decidido sobre operaciones terrestres dentro de Venezuela.
Contexto de la escalada en el Caribe
La administración Trump no reconoce a Maduro como presidente legítimo y ha aumentado la recompensa por su captura a 50 millones de dólares, calificándolo como “uno de los mayores narcotraficantes del mundo”, según la fiscal general Pam Bondi. El Cartel de los Soles, incrustado en las fuerzas armadas venezolanas, estaría aliado con el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa.
Desde septiembre, el ejército estadounidense ha realizado al menos 14 ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en América Latina, acumulando decenas de bajas. Trump ordenó el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque al Caribe, incluyendo cruceros y destructores. Brent Sadler, de The Heritage Foundation, explicó que esta presencia ofrece “opciones adicionales” para presionar a los carteles, con un rol activo en vigilancia y defensa aérea, aunque no es inédita en la región.
Maduro acusó a Trump de “fabricar una nueva guerra eterna” en una transmisión nacional, interpretando el movimiento naval como una amenaza directa.
Oposición interna y resolución en el Congreso
No todos los legisladores estadounidenses respaldan una posible escalada. Senadores demócratas Adam Schiff (California) y Tim Kaine (Virginia), junto al republicano Rand Paul (Kentucky), introdujeron una resolución para prohibir la participación de las fuerzas armadas en “hostilidades” contra Venezuela. Schiff advirtió el 17 de octubre que “la administración Trump podría lanzar acciones militares dentro de las fronteras de Venezuela, más allá de ataques marítimos”.
El desmentido de Trump busca calmar las especulaciones, pero la tensión persiste en el Caribe, donde el despliegue naval continúa como parte de la campaña antidrogas. Mientras, la oposición interna en Washington y las acusaciones de Maduro mantienen el foco en una posible confrontación.
