El presidente Donald Trump intervino en la controversia por el cambio de logo de Cracker Barrel, una cadena de restaurantes estadounidense conocida por su estética sureña tradicional, aconsejando a la compañía revertir al diseño original, admitir el error y transformar la backlash en "una oportunidad de mil millones en publicidad gratis" mediante una gran conferencia de prensa. Según un post en Truth Social reseñado por Newsweek, Trump urgió: "Hagan una gran conferencia de prensa y conviértanla en ganadora", posicionando la situación como una lección de respuesta a la opinión pública en un contexto donde marcas enfrentan críticas por percibidos virajes "woke".

¿Cómo se llegó a esta intervención presidencial? De acuerdo a un reporte de The Tennessean, Cracker Barrel, fundada en 1969 en Tennessee y con más de 660 locales enfocados en comida casera y decoración vintage, anunció a mediados de agosto un rebranding de 700 millones de dólares para modernizar su imagen y atraer a generaciones más jóvenes. El nuevo logo eliminó la ilustración del hombre sentado en una barrica —conocido como "Uncle Herschel"— optando por un diseño minimalista con solo el nombre en letras estilizadas, conservando colores pero simplificando la forma.

La reacción fue inmediata y virulenta en redes sociales. Según CNN, conservadores como el podcaster Benny Johnson y el representante Byron Donalds criticaron el cambio como un "Bud Light moment", acusándolo de "woke" y de borrar raíces culturales para complacer agendas progresistas. Donald Trump Jr. amplificó la polémica en X, preguntando "WTF is wrong with Cracker Barrel??!", generando millones de vistas y llamadas a boicot. El backlash político se intensificó, con acusaciones de que la CEO Julie Felss Masino, con experiencia en Starbucks, impulsaba un giro "DEI" (diversidad, equidad e inclusión), aunque la compañía negó cualquier vínculo con tales iniciativas.

El impacto financiero fue palpable. De acuerdo a un análisis de The Independent, las acciones de Cracker Barrel cayeron un 9% en una semana, borrando cerca de 94 millones de dólares en valor de mercado, reflejando el poder de las redes en decisiones corporativas. Cracker Barrel respondió en un comunicado citado por Yahoo News, admitiendo que "pudimos haber hecho un mejor trabajo compartiendo quiénes somos y quiénes seremos siempre", pero manteniendo el nuevo logo. Aseguraron que Uncle Herschel permanece en menús, letreros y tiendas, enfatizando valores tradicionales como comunidad y nostalgia, sin comprometerse a revertir el cambio.

Esta no es la primera vez que Trump opina sobre marcas culturales. Según Forbes, su administración ha promovido el "Buy American", criticando virajes percibidos como anti-tradicionales, alineándose con su base conservadora. El consejo de Trump, publicado en Truth Social, transforma la crítica en oportunidad estratégica: admitir el error basado en retroalimentación de clientes y capitalizar la atención mediática gratuita.

La polémica resalta tensiones culturales en EE.UU., donde cambios corporativos a menudo se politizan. De acuerdo a un artículo de The Bulwark, mientras algunos ridiculizan la outrage como exagerada, para otros representa resistencia a erosión de identidades tradicionales. Cracker Barrel, con ingresos anuales superiores a 3.400 millones de dólares, enfrenta ahora el desafío de equilibrar modernización con lealtad de clientes.